Lejanas, solitarias…
El mayor espectáculo de vida salvaje del planeta
A 1.000 km del Ecuador, este archipiélago de 19 islas principales y numerosos islotes ofrece una naturaleza salvaje que casi se puede tocar.
Han sido llamadas las “islas encantadas”, “el Arca de Noé”, “el laboratorio de la evolución” y muchos otros nombres que intentan describir el gran despliegue que la naturaleza ofrece a los pocos privilegiados que pueden acceder a ellas.
El paisaje no es lo que uno podría imaginar: a pesar de que las islas se encuentran sobre la línea del Ecuador, en pleno Pacífico, la roca volcánica abunda y hay pocas playas. Pero no nos equivoquemos…
No se va a las Galápagos para broncearse o descansar, sino para disfrutar de la naturaleza y aprender de ella. En tan solo unos días, presenciará escenas de vida salvaje que normalmente están reservadas a los investigadores que han dedicado años a observar a los animales. ¡Y a solo unos pasos de distancia!
Disfrute de este viaje para compartir sensaciones únicas, pero no olvide respetar ciertas reglas. Ninguna de ellas es fruto del capricho: las islas viven ahora en un equilibrio frágil y necesitan toda nuestra atención y protección.
La visita a estas islas está estrictamente regulada para evitar, en la medida de lo posible, el impacto del turismo. Tenga en cuenta que no se puede permanecer en una zona que pertenezca al Parque Nacional sin un guía, ni transportar alimentos o fumar. Sobre este último punto, no hay que preocuparse demasiado: ¡los fumadores empedernidos aseguran haber olvidado el cigarrillo frente al espectáculo de los animales!
En las islas solo se puede caminar por los senderos señalizados, pero ya hay tanto que ver… como aves que anidan justo al borde del camino, por ejemplo.
Existen también otras reglas básicas: no tocar a los animales, no arrojar basura, no llevarse arena ni plantas.